lunes, mayo 22, 2006

Dulce compañía, de Laura Restrepo

Periodismo y literatura

Dulce compañía, de Laura Restrepo. Buenos Aires, Alfaguara, 2006. 243 páginas

Publicada por primera vez en 1995, la novela Dulce compañía resulta el eslabón lógico a todo lo que Laura Restrepo escribió antes y escribiría después. En su producción destaca por ser el nudo de un bien definido estilo: la combinación sutil de una investigación periodística de interés social con buena literatura.
Por Dulce compañía, reeditada ahora por Alfaguara, la escritora colombiana obtuvo hace nueve años el premio Sor Juana Inés de la Cruz que se entrega sólo a novelistas mujeres. Como en la notabilísima La Isla de la Pasión (1989) en la que aborda un momento de la historia mexicana en la que un destacamento militar es olvidado, crisis políticas mediante, en una isla; como en La novia oscura (1999) en la que indaga la vida de un pueblo de prostitutas y obreros del petróleo perdido en la selva; como en la fantástica Delirio (2004) por la que recibió el Premio Alfaguara de Novela al revisar la historia de la Colombia de los ’90 sirviéndose de una poderosa historia de amor, en Dulce compañía se adentra en el resbaloso camino de las creencias religiosas populares. La novela es la crónica de una periodista que ha sido enviada a “cubrir” un milagro a Galilea, el barrio más pobre de Bogotá: ha aparecido un ángel, con alas y todo. Monita, con toda su resistencia de escéptica, va en busca de la nota y va encontrando los personajes más inverosímiles en su camino. Doña Ara, María Crucifija, Sweet Baby Killer, Orlando, el padre Benito, las hermanas Peláez y el Angel, claro, “un ser aterradoramente hermoso”. En su progresiva interacción con la gente del barrio, Monita descubre un mundo completamente nuevo: la necesidad de un “milagro” entre los más humildes, los matices de la apropiación de lo sobrenatural teñido de religiosidad, las múltiples formas de utilización del fenómeno y el enorme poder del fervor popular. Divertida y profunda, aguda y dolorosa, deliciosamente escrita, Dulce compañía resulta una lectura más que interesante.

(c) Patricia Rodón
Publicado en Diario UNO, Mendoza, Argentina

3 comentarios:

Anónimo dijo...

YO LO UNICO QUE NECESITO ES EL NUDO EL DESCENLACE Y EL INICIO SOLO ESO Y NO ME DICEN LO ESPECIFICO.

NO ME SIRVIO DE NADA

ATT: AnOnImO...

Andrés Briceño Santos dijo...

Yo como se maneja las creencias religiosas

Andrés Briceño Santos dijo...

Yo como se maneja las creencias religiosas