martes, enero 09, 2007

La batalla del calentamiento, de Marcelo Figueras


Una fábula argentina

La batalla del calentamiento, de Marcelo Figueras. Buenos Aires, Alfaguara, 2006. 544 páginas.

La batalla del calentamiento, de Marcelo Figueras, tiene todos los ingredientes necesarios para hacer feliz a un lector exigente. Figueras tiene el privilegio de la palabra. Y lo sabe. El muchacho peronista, su primera novela, fue uno de los mejores libros de los ‘90. Con El espía del tiempo y Kamchatka refrendaría su título de escritor notable. Ahora, La batalla del calentamiento no hace más que subrayar su dominio de la palabra escrita.
Su trabajo como periodista y guionista también ha sido ampliamente reconocido. Escribió para el cine Plata quemada, basada en la novela de Ricardo Piglia, y Kamchatka, su propia novela, que fueron llevadas al cine por Marcelo Piñeyro. Admirador incondicional de Roberto Arlt, Jorge Luis Borges y Julio Cortázar y lector compulsivo de William Shakespeare, Figueras conoce los meandros de los géneros y las fórmulas para que de su cruce resulte una novela excepcional.
La batalla del calentamiento, su último trabajo, es el resultado de una bien pensada mixtura. La novela cuenta cómo se encuentran y forman una familia, una madre que está escapando, una niña con poderes especiales y un hombre que estaba perdido. La clave es que está narrada como una fábula y entonces los personajes son una bruja buena, una niña hada y un gigante reunidos en Santa Brígida, un pueblo imaginario. Y es esta clave la que permite que lo maravilloso se imbrique sutilmente en lo real para que la novela tan vertiginosa como medulosa.
La batalla del calentamiento narra la historia de Patricia Finnegan, su hija Miranda y el experto en explosivos Teodoro Labat Barreiros. Sólo que Pat cree en los duendes y escapa de un pueblo a otro desde que nació su hija, Miranda tiene poderes especiales y Teo es un gigante que habla en latín con un lobo.
Por azar se encuentran en un pequeño pueblo del Sur argentino, Santa Brígida, un pueblo imaginario en el que se celebra el Día del Sever (el Revés), posee en su delirante pasado el episodio de las Guerras Hippies, tiene un intendente con problemas de personalidad y un puñado de deliciosos vecinos que exceden ampliamente el adjetivo de pintorescos. Con enorme sentido del humor, un narrador omnisciente (y el apoyo de irónicas notas al pie con correcciones del autor) va desgranando los pormenores del encuentro entre los tres protagonistas y su interrelación con los vecinos de Santa Brígida.
Al mismo tiempo, en dosis bien administradas y sin desmedro de la acción, la novela remonta las sutilezas de la filosofía gnóstica, las múltiples formas de violencia que la dictadura ejerció sobre las mujeres y se pregunta una y otra vez, pero con múltiples entonaciones, acerca del miedo, la venganza y la identidad. Marcelo Figueras retrata con maestría lo peor y lo mejor de la condición humana en el marco de una Argentina donde lo maravilloso convive con las peores pesadillas. Figueras da la batalla literaria. Y la gana.

(C) Patricia Rodón
Publicado en Diario UNO, Mendoza, Argentina

1 comentario:

Anónimo dijo...

Figueras tiene un blog muy interesante, donde escribe todos los dias, sobre diversos temas que van desde el cine, escritores, historietas hasta noticias de la actualidad... muy recomendable, yo lo leo siempre y he aprendido mucho de el.

http://blogs.elboomeran.com/figueras