martes, enero 09, 2007

Destino: la morgue, de James Ellroy


Un tipo de cuidado

Destino: la morgue, de James Ellroy. Buenos Aires, Ediciones B, 2005. 299 páginas.

James Ellroy es un escritor no apto para lectores impresionables. Su particularísimo e inquietante punto de vista acerca de casi todas las cosas impregna de tal manera su prosa que es difícil separar, aun en los relatos de pura ficción, al narrador del autor. Entonces hay que seguirle el juego y leer desde ese lugar ambiguo lo que Ellroy propone.
Ellroy es uno de los escritores estadounidenses contemporáneos (Los Ángeles, 1948) tan políticamente incorrecto como original a la hora de abordar el policial negro, pues ahonda hasta el final la condición de perdedores absolutos tanto de los asesinos como de los policías.
Fiel a sus obsesiones, el autor de L.A. Confidencial y La Dalia Negra vuelve en estos relatos a interpelar a la estructura política de la policía y al sistema judicial norteamericano, a la estratización social y organización autorregulada de clases, a las creencias religiosas y a la hipocresía sobre los prejuicios raciales en su país, con una virulencia verbal tan contundente como sutil e incómoda.
Ellroy no se priva de nada. Ni de atacar al dúo Clinton-Bush, ni de evocar una y otra vez el asesinato de su madre (La Dalia Negra), ni de definirse como “priapísticamente protestante”, ni de relatar con maestría, lejos de cualquier registro conocido, una pelea de box. Y se sirve también de todos los recursos verbales: el lenguaje y las técnicas del cine, del periodismo, del psicoanálisis y de la literatura se funden en una prosa tan brillante como ágil y atractiva.

(C) Patricia Rodón
Publicado en Diario UNO, Mendoza, Argentina

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