domingo, febrero 19, 2006

La piedra lunar, de Wilkie Collins


Misterios victorianos

La piedra lunar, de William Wilkie Collins. Buenos Aires, Ediciones B, 2005. 728 páginas.

Los crímenes de la calle Morgue (1841), de Edgar Allan Poe, es el primer cuento policial y Auguste Dupin el primer detective. La piedra lunar (1968), de Wilkie Collins, es una de las primeras novelas policiales y el sargento Cuff el primer detective inglés. Años después, vendrían Sherlok Holmes y su variopinta descendencia literaria. Lo notable de esta esta novela es que, siguiendo las bases del género creado por Poe (un misterio insoluble, un investigador que se sirve de la lógica y una decena de sospechosos), Collins se sirve de una estructura narrativa completamente original para resolver el "caso". Una joya, que fuera robada en la India del ajuar de un dios por un soldado inglés, se convierte en el regalo de cumpleaños de una joven adinerada de la sociedad victoriana. Durante la noche, alguien roba la piedra del armario de su propia alcoba. A partir de ahí, Collins despliega un complejo cuadro de sospechosos, posibles motivaciones, historias secundarias y perspectivas diversas a través de una narración coral: cada uno de los involucrados debe escribir la información que tiene acerca del robo. Aquí es donde el autor muestra todo su talento como escritor: su manejo de las voces de los testigos demuestra un profundo conocimiento de la condición humana y hace que cada uno de los personajes se perfile nítidamente a través de la inolvidable trama. El mismo lo dice el prefacio: "Mi meta ha sido señalar aquí la influencia ejercida por el carácter sobre las circunstancias", un objetivo muy Dickens (de quien Collins era íntimo amigo), propio de la novela inglesa del siglo XIX, sólo que bajo la forma de una novela policial fascinante.

(c) Patricia Rodón
Publicado en Diario UNO, Mendoza, Argentina

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