lunes, octubre 09, 2006

Criptonomicón, de Neal Stephenson


Una mente brillante

Criptonomicón. El código Enigma, de Neal Stephenson. Buenos Aires, Ediciones B, 2002. 380 páginas.

La promocionan como la novela de culto de los hackers, pero su singular atractivo excede el interés de este grupo de lectores. Criptonomicón. El código Enigma, que integra una trilogía junto a El código Pontifex y El código Aretusa, no es una novela de ciencia ficción en términos estrictos aunque haya ganado los más importantes premios de este género. Es una novela en que la ciencia, la matemática más exactamente, está al servicio de la ficción. Y de una manera impecable. La criptografía, el arte de descifrar mensajes, y la informática, la red y la teoría de la información se cruzan en dos historias tan apasionantes, como exigentes y divertidas. Criptonomicón se desarrolla en dos épocas: la Segunda Guerra Mundial y fines de 2010. En 1942 Lawrence Waterhouse, genio matemático y capitán de la Marina de Estados Unidos, colabora con Alan Turing y especialistas británicos en el descriframiento de los códigos secretos de alemanes y japoneses. Setenta años más tarde, su nieto, Randy Waterhouse, brillante cripto-hacker, proyecta crear un paraíso de datos y el mayor exponente de la libertad informática: la Cripta. Con brillantez, Stephenson no sólo despliega los trajines vitales y matemáticos del abuelo Lawrence con Inglaterra en guerra como marco, sino que despliega historias paralelas que tienen a un puñado de marines como protagonistas; Silicon Valley, Filipinas, Internet y el poder de las infotecnologías son el escenario para que Randy, el nieto, vaya descrifrando su propio contexto y el de sus excéntricos socios entre Windows, Linux y los capitales chinos y japoneses. Si el manojo de historias que va hilvanando Stephenson resultan atrapantes es porque son literatura de la buena. El humor, sea bajo la forma de sátira o desde la ironía más corrosiva, atraviesa la trilogía de Criptonomicón en un flujo constante de inteligencia verbal.

(C) Patricia Rodón
Publicado en Diario UNO, Mendoza, Argentina

2 comentarios:

Diluvio dijo...

Patricia,

Para acceder a este libro implica tener conocimientos informáticos profundos? O solo se necesita ciertas generalidades como en la película La NET?

Patricia Rodón dijo...

Diluvio. Para leer Criptonomicón sólo necesitás tiempo, buena luz y dejarte llevar por la buena literatura. Creo, no sé qué te parece a vos, que la información teórica previa no es estrictamente necesaria a la hora de leer una novela. Si lo fuera, "Por los mares del Sur", de Stevenson; "Los Borgia", de Dumas o "De la Tierra a Luna, de Verne", no se hubieran podido leer sin conocimientos previos de geografía, historia y física, respectivamente. Lo bueno de la buena literatura es que te filtra la información necesaria, la proporciona, sin que te des cuenta.