sábado, agosto 12, 2006

El inútil de la familia, de Jorge Edwards


Todo un personaje

El inútil de la familia, de Jorge Edwards. Buenos Aires, Alfaguara, 2004. 358 páginas.

Con El inútil de la familia el chileno Jorge Edwards demuestra una vez más por qué es uno de los grandes escritores contemporáneos. El Premio Cervantes 1999 despliega en El inútil de la familia su poderoso arsenal literario y compone una de las novelas más logradas de los últimos tiempos.
En una original simbiosis con su personaje, Joaquín Edwards Bello, su tío en la vida real, el narrador va desgranando simultáneamente las andanzas de su pariente, la dinámica vital de los paisajes de Valparaíso, Santiago, París y Madrid entre finales del siglo XIX y mediados del XX, con sus propias anécdotas y recuerdos personales.
Joaquín Edwards Bello fue, efectivamente un verdadero personaje literario, que mucho antes de morir ya era una leyenda. Nació en Valparaíso en 1887 y falleció en Santiago en 1968; era bisnieto del célebre Andrés Bello, el bisabuelo de piedra, y ejerció sin límites el juego y las apuestas, la novela ad hoc, el periodismo crítico. Su vida, rocambolesca y excéntrica, habitada por casi toda la vanguardia estética europea y sudamericana (desde Tristán Tzara hasta Pablo de Rokha), contada por su sobrino Jorge Edwards, resulta una novela apasionante y un juego de amor y humor.

(C) Patricia Rodón

Publicado en Diario UNO, Mendoza, Argentina

En la zona, de Juan José Saer

El arte de narrar

En la zona, de Juan José Saer. Buenos Aires, Seix Barral, 2003. 179 páginas.

Suele repetirse que en todo primer trabajo de un escritor ya está perfilado todo lo que vendrá después, que en toda primera obra ya se encuentran los temas, tonos, climas, personajes y modos narrativos que construirán la identidad literaria del autor.
Y esta afirmación es más que precisa para En la zona, de Juan José Saer, su primer libro de cuentos. Publicado originalmente en 1960 y sólo reeditado por Seix Barral en 2003, el volumen resulta una verdadera golosina para los lectores que ya han transitado la obra de uno de los mejores escritores latinoamericanos de los últimos tiempos.
Saer, nacido en Santa Fe en 1937, murió el año pasado en París donde residía desde 1968. Narrador, poeta y ensayista creó una obra originalísima, compleja y vasta, en busca del otro lado de la literatura. Experimentación realista, rupturas neorrománticas, nuevos órdenes discursivos, pregnancia lírica, intertextualidad y reflexión constante parecen ser los motores creativos de este escritor monumental.
En los catorce cuentos de En la zona estos ingredientes van modulando, a través de personajes rotundos y de una prosa atrapante, los mundos en los que Saer vive su particular arte de narrar: los bordes de lo que dice, las zonas del alma que no se pueden tocar.

(C) Patricia Rodón
Publicado en Diario UNO, Mendoza, Argentina

Los jefes, de Mario Vargas Llosa


El gran comienzo


Los jefes, de Mario Vargas Llosa. Buenos Aires, Alfaguara, 2005. 133 páginas

Los jefes es el único libro de cuentos de Mario Vargas Llosa. Publicado por primera vez en 1959 gracias a un pequeño concurso literario, fue el primer paso de quien se convertiría en uno de los grandes narradores contemporáneos. Casi cincuenta años después, los seis relatos que integran el volumen se sostienen por peso propio. En ellos se esbozan los temas y motivos que después Vargas Llosa desarrollará en sus novelas: las desigualdades sociales y raciales, los oscuros caminos de la construcción de poder y los misterios desesperados la sexualidad. Desde el paisaje político y social peruano, este primer Vargas Llosa asume el registro del naturalismo costumbrista para denunciar rivalidades, venganzas y odios ancestrales, pero sin explicar su porqué.
La violencia física y psíquica explícitas y el espacio urbano de los cuentos permiten descubrir también atisbos de lo que desarrollará más tarde en La ciudad y los perros, Conversación en la Catedral o La fiesta del Chivo. La singularidad de Los jefes no radica sólo en su condición de solitarios cuentos en la obra de Vargas Llosa, sino en reconocerlo como la primera gran obra de un gran escritor.

(C) Patricia Rodón
Publicado en Diario UNO, Mendoza, Argentina